Los goles se marcan, pero algunos goles se
quedan más marcados que otros… los de Miroslav Stoch, por ejemplo.
Cierto es que el eslovaco de 25 años no es un delantero propiamente
dicho, y que “sólo” ha visto puerta 33 veces en 145 partidos desde el FC
Nitra hasta el Al Ain, pasando por Chelsea, Twente, Fenerbahçe y PAOK
de Salónica. Pero como marca tantos muy bonitos o muy importantes, y
frecuentemente ambas cosas a la vez, el extremo de la Repre está ingresando paso a paso en la leyenda del fútbol eslovaco.
El último hasta la fecha, el 9 de octubre ante España, en la fase de clasificación para la Eurocopa 2016. Se jugaba el minuto 87 de partido, con 1-1 en el marcador, cuando Michal Ďuriš se internó por la derecha y lanzó un centro milimétrico a la cabeza de Stoch. Miňo (su apodo) extendió perfectamente su 1,69 metros de estatura y, con un cabezazo cruzado en carrera, batió a Iker Casillas y dio a Eslovaquia una valiosísima victoria, frente a una España que llevaba entonces ocho años sin perder en partidos de clasificación para grandes campeonatos. “Si tuviera que quedarme sólo con un gol, creo que sería ese”, confesó a FIFA.com el héroe de esa noche… y de muchas otras.
¡Y es que Stoch se ha enfundado muchas veces el traje de goleador providencial! Entre sus proezas más reseñables, marcó el gol que sentenció el 2-0 contra el NAC Breda en la Eredivisie 2009/10 y proclamó campeón de Holanda al Twente, con un disparo por toda la escuadra. También rubricó el triunfo histórico de Eslovaquia ante Rusia en la fase de clasificación para la Eurocopa 2012 con un tiro idéntico, por toda la escuadra. Él fue asimismo el hombre que marcó el gol más bonito del mundo en 2012, con la camiseta del Fenerbahçe: una volea magistral –por toda la escuadra– que le valió el Premio Puskas de la FIFA ese mismo año.
“Conservo un recuerdo inolvidable de la noche en la que me entregaron ese galardón, al igual que del gol que me sirvió para obtenerlo. Pero el que marqué contra España tiene un valor muy especial para mí”, precisó. “Primero, porque todos conocen la valía de esa selección. Después, porque nunca había marcado antes de cabeza en un partido oficial. Por último, porque fue crucial en ese partido y, sobre todo, podría ser decisivo con vistas a una posible clasificación de mi país para la Eurocopa”.
El último hasta la fecha, el 9 de octubre ante España, en la fase de clasificación para la Eurocopa 2016. Se jugaba el minuto 87 de partido, con 1-1 en el marcador, cuando Michal Ďuriš se internó por la derecha y lanzó un centro milimétrico a la cabeza de Stoch. Miňo (su apodo) extendió perfectamente su 1,69 metros de estatura y, con un cabezazo cruzado en carrera, batió a Iker Casillas y dio a Eslovaquia una valiosísima victoria, frente a una España que llevaba entonces ocho años sin perder en partidos de clasificación para grandes campeonatos. “Si tuviera que quedarme sólo con un gol, creo que sería ese”, confesó a FIFA.com el héroe de esa noche… y de muchas otras.
¡Y es que Stoch se ha enfundado muchas veces el traje de goleador providencial! Entre sus proezas más reseñables, marcó el gol que sentenció el 2-0 contra el NAC Breda en la Eredivisie 2009/10 y proclamó campeón de Holanda al Twente, con un disparo por toda la escuadra. También rubricó el triunfo histórico de Eslovaquia ante Rusia en la fase de clasificación para la Eurocopa 2012 con un tiro idéntico, por toda la escuadra. Él fue asimismo el hombre que marcó el gol más bonito del mundo en 2012, con la camiseta del Fenerbahçe: una volea magistral –por toda la escuadra– que le valió el Premio Puskas de la FIFA ese mismo año.
“Conservo un recuerdo inolvidable de la noche en la que me entregaron ese galardón, al igual que del gol que me sirvió para obtenerlo. Pero el que marqué contra España tiene un valor muy especial para mí”, precisó. “Primero, porque todos conocen la valía de esa selección. Después, porque nunca había marcado antes de cabeza en un partido oficial. Por último, porque fue crucial en ese partido y, sobre todo, podría ser decisivo con vistas a una posible clasificación de mi país para la Eurocopa”.
En ese sentido, mediada la fase
de clasificación, los hombres de Ján Kozák se encuentran en una
posición ideal. Desde la victoria sobre la Roja, Eslovaquia ha
encadenado dos triunfos más, ante Bielorrusia (1-3) y Macedonia (0-2),
que se unen al logrado previamente ante Ucrania (0-1). Esa trayectoria
inmaculada abre las puertas a una primera clasificación de Eslovaquia
para una Eurocopa, cuatro años después de su primera participación en
una Copa Mundial de la FIFA. Cuatro años un tanto desdibujados...
Confianza recuperada
Confianza recuperada
Y es que, aunque aquel bautismo de fuego hacía presagiar un futuro radiante para la Repre, finalmente se quedó en nada. En efecto, tras clasificarse para los octavos de final del Mundial merced a una memorable victoria ante Italia en el tercer partido de la primera fase, a Eslovaquia le costó refrendar su condición de valor en alza del fútbol europeo y, al cabo de diversos altibajos, finalmente se perdió tanto la Eurocopa como el Mundial subsiguientes.
“Sencillamente, no supimos mantener nuestro nivel, el que mostramos en Sudáfrica. Perdimos partidos importantes, y de paso también la confianza”, resumió un Stoch centrado plenamente en el futuro. “Desde entonces, muchas cosas han cambiado. En esta fase de clasificación hemos vuelto a empezar con buen pie. Pero ojo, el camino sigue siendo largo. Sigamos trabajando y manteniendo la fe en nosotros, ¡y así conseguiremos nuestros objetivos!”.
Stoch sabe de lo
que está hablando. A excepción de la pasada campaña (que, aun así,
concluyó con un espléndido subcampeonato en la liga griega con el PAOK),
el extremo eslovaco siempre ha acabado el año con al menos un trofeo en
el bolsillo: desde la Copa de Inglaterra a la liga turca, pasando por
el Premio Puskas. Y es que además de marcar goles, también alcanza
metas…
Fuente: FIFA.com
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