Clave de Nacional en la Suramericana. Varios hinchas lo quieren nacionalizar. Él tiene otro deseo.
Tan elegante como su apellido y tan sobrio
como su nombre estuvo Franco Armani para que Atlético Nacional
consiguiera su paso a la final de la Copa Suramericana, en la que se
enfrentará a River Plate, de Argentina, el 3 de diciembre, en el partido
de ida, en Medellín.
En la definición de los penaltis, y en partes
del partido, los 7,32 metros de ancho por 2,44 de alto del arco del
Morumbí parecían chicos para los 1,89 metros del argentino, que quizá
hicieron que Alan Kardec se resbalara y desperdiciara el primer cobro de
São Paulo.
“Nooo, son cosas del fútbol; no creo que lo
haya intimidado, es un gran delantero”, dijo el futbolista de 28 años
sobre aquel cobro que fue clave en la serie, con una sonrisa de
satisfacción.
Y aunque ahora se vista frac (traje elegante)
en el arco ‘Verdolaga’, Armani tuvo que estar mucho tiempo con el
overol, pues solo hasta este año se ha logrado consolidar en el arco
desde su llegada en el 2010, y cuya contratación fue muy criticada
porque, decían, no tenía las charreteras (hombreras) para vestir el
uniforme del ‘ejército’ de Nacional. “Había que tener paciencia y seguir
trabajando, en algún momento se iba a dar la oportunidad”, contó Franco
mientras firmaba una camiseta de Nacional en el aeropuerto Eldorado.
Y es que si se trata de “laburo”, como él lo
dice, es algo que ya sabe y que tiene una herencia, pues su abuelo era
el utilero de un club y ahí le empezó a inocular la pasión por el
fútbol, al igual que a su hermano Leandro, quien jugó en Santa Fe.
“Fue algo lindo, son imágenes que uno siempre
recuerda”, cuenta el arquero con una mirada como queriendo transportarse
a esos tiempos de su niñez.
¿Pensó que iba a vivir esto con Nacional?
Uno siempre trabaja para tener estos momentos,
en la Copa Libertadores parecía cerca y se nos fue, ahora es el momento
de culminar de la mejor forma.
Le pregunto porque casi no jugaba, ¿no pensó ir a otro club?
Nunca pensé dar un paso al costado, sabía que después de mi lesión iba a volver con todo. Lo importante era recuperarme.
¿Cuál es la clave para aguantar tres años (2010 al 2012) en un club en el que se juega poco?
La paciencia. Sabía que en algún momento iba a
llegar la oportunidad y no la podía desaprovechar. El trabajo, también,
ha sido clave, el entrenamiento día a día es el que da frutos. He ido
mejorando y es importante la confianza que me brinda el profe (Juan
Carlos Osorio).
¿Por qué no pudo destacarse en su país?
Era difícil porque uno se inició en equipo
chico (Central Córdoba). Estuve en Estudiantes de La Plata, un equipo
grande (en el que firmó su primer contrato), pero no tuve oportunidades.
Nacional me abrió las puertas y estoy demostrando el potencial que
tengo.
En ese júbilo de hinchas, que hasta se
ofrecían para limpiar gratis la casa del argentino, surgió otra premisa,
“que convoquen a Armani a la Selección” y con sus ojos bien abiertos y
una pequeña inclinación de su cabeza respondió la siguiente pregunta:
¿Le gustaría jugar con la Selección Colombia?
La verdad, si llega una posibilidad no se
puede desaprovechar, pero no estoy pensando en eso. Pienso en poder ser
llamado para la selección de mi país.
Pero, ¿si ve cerca estar en la Selección de Argentina?
Uno nunca sabe. Esta Copa Suramericana a uno
le da mucha vitrina. Uno nunca pierde las esperanzas y poder conseguir
esta Suramericana será un paso importante en ese sentido”.
Y la vitrina a la que se refiere el arquero
tendrá un pequeño detalle: es hincha de River Plate, o lo era de
pequeño, como aclara, pero no puede evitar reflejar cierta alegría
cuando se refiere al ‘Millonario’, al equipo ‘Gallina’ de Buenos Aires.
Franco Armani tapando un penalti de São Paulo. AFP
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¿Qué se siente enfrentar al equipo del cual celebra sus goles y ahora usted los quiere evitar?
(Risas). Uno cuando ya juega profesionalmente al fútbol es todo diferente. Ahora juego para Nacional y quiero ser campeón.
¿Y la familia qué dice?
Está mezclada, tiene de Boca y de River, pero
la familia se pone contenta por uno y no por el equipo del que se es
hincha; se vuelven hinchas del equipo en que juego, entonces son de
Nacional.
¿Ya jugó en el Monumental?
No, en reservas lo pude hacer en La Bombonera,
pero me han dicho que es un espectáculo, si lo puedo vivir será una
experiencia para no olvidar y ojalá sea dando la vuelta olímpica.
¿Cuál es su clave en los penaltis? Ya le dio un título al equipo y un paso a la final.
Estaba muy tranquilo porque mis compañeros
pateaban bien los penaltis, entonces uno se siente confiado. Uno no
tiene que practicar los penaltis, tiene que ir con convicción.
¿Pero dónde está su mérito como arquero?
En ese momento uno observa al jugador que va a
patear para intuir y mirar algún movimiento. Lo más importante es estar
tranquilo.
Rogério Ceni estuvo mirando videos...
Eso me dijeron los compañeros, pero no lo vi.
Me mentalicé en los penaltis y lo que era el juego; estaba muy
compenetrado en los penaltis.
¿Hubo suerte de campeón en ese partido?
Cuando ocurrió esa serie de jugadas que dieron
en el palo me dio tranquilidad porque sabía que algo bueno iba a venir.
Y en los penaltis ejecutamos muy bien. Ceni se jugó al palo que iba el
balón, eso quiere decir que los compañeros patearon bien y uno tiene que
hacer el trabajo y tenía que atajar un ‘penalcito’ (risas).
Finalmente, Armani, mientras era atajado por
los hinchas que le pedían fotos y miles de firmas, dijo que espera “no
ser tan protagonista en esta serie final”.
Por la multitud que lo acechaba, su
desplazamiento para abordar el vuelo a Medellín tuvo más escalas que un
viaje a Asia, pero siempre tenía un buen gesto para sus fanáticos y
diciendo entre risas: “No he tenido ropa de Armani, quizás alguna
loción”.
ANDRÉS FELIPE VIVEROS B.
Redactor EL TIEMPO
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