Una lección de fútbol de Isco Alarcón guió a
España a media hora de buen juego para derribar el muro plantado por
Bielorrusia, a la que goleó 3-0 recuperando viejas sensaciones sin
añorar las bajas importantes con las que encaró el duelo.
La brillantez de España en su época dorada
la marcó un centro del campo único. Sin Xavi Hernández ni Xabi Alonso, y
ante Bielorrusia sin Andrés Iniesta por lesión sólo quedaba un
superviviente, Sergio Busquets. Vicente del Bosque ha dado forma a la
herencia dando paso a jóvenes valores: Koke, ya consagrado, y la
irrupción de Isco.
El jugador de Málaga
tardó diez minutos en meterse en su bolsillo a toda la afición del Nuevo
Colombino. Con libertad en el campo para disfrutar del fútbol y hacer
disfrutar con su fútbol. La nueva Roja generó expectación cuando Isco se
adueñó del balón cerca del área. Todos esperan la genialidad y no
falló.
La clase magistral de fútbol de Isco
en su quinto partido con la absoluta comenzó con una España que
encontró su mejor juego en minutos de fútbol veloz, con intensidad para
encontrar la fórmula para sacar los colores a una defensa de cinco de
Bielorrusia. Laterales instalados en campo rival como extremos.
Protagonismo continuo para Juanfran que puso centros siempre con
peligro.
España tocó con rapidez y
criterio. Pedro perdonó la más clara tras pase de Cazorla que disfrutó
en la vuelta a la que fue su casa. Alcácer remató mal uno de esos
centros de Juanfran y apareció Isco con su gol para tumbar el
planteamiento defensivo de la selección eslava en un par de minutos.
Un
pase al espacio para dejar solo a Pedro. Un control mágico para
proteger la pelota como nadie y salir al lado más inesperado. Un
taconazo. Un disparo a la escuadra con un golpeo único, sin carrerilla,
prácticamente clavado. Engañando con el cuerpo y colocando su derechazo
donde un portero no llega en su estirada
En
el veinte, cuando aún se degustaba la genialidad de ese primer tanto,
un rechace a nuevo servicio desde el costado derecho quedó muerto para
el latigazo de Busquets. Su disparo se envenenó al tocar en un defensa
rival.
El objetivo ya estaba conseguido y
desde la media hora de partido, con ventaja cómoda en el marcador,
España rebajó la intensidad. No había noticias de Bielorrusia, en una
crisis de identidad que intentan solventar con cambio en el banquillo y
la entrada de Andrei Zygmantovich. Poco nuevo pudo aportar. Sus
jugadores no inquietaron a la defensa española. Un par de saques de
esquina en sus llegadas inocentes. Un disparo desviado de Politevich
tras un despeje como único intento de inquietar a Iker Casillas en el
primer acto.
Desaceleración y debuts
Estaba todo encaminado y no era necesario forzar a un jugador que sí ha demostrado compromiso. Busquets inició la concentración con molestias en el sóleo, en el descanso dejó su sitio a Bruno Soriano que se ha ganado su vuelta a la Roja dos años después como líder absoluto de un Villarreal que vuelve a estar asociado con el buen fútbol.
España
no vio necesidad de forzar la máquina. Ni añoró a indiscutibles como
Silva, Iniesta, Cesc o Diego Costa. Hacía falta alguna cara nueva,
hambre de éxito para volver a disfrutar. Isco seguía a lo suyo.
Con
Juanfran no van tampoco los bajones de intensidad. Una nueva subida
suya le puso un centro a Alcácer que remató al travesaño. Dos minutos
después decidió entrar en el área y dejar el balón a Pedro que la rompió
a la red para volver a marcar a Bielorrusia, la selección a la que le
hizo su único triplete de internacional.
El
partido pudo acabar en ese momento. Bielorrusia dejó un disparo a
puerta, a los 79 minutos con potencia de Nekhaychik que detuvo con
seguridad Casillas. Y Del Bosque hizo debutar a dos canteranos
madridistas que triunfan lejos de casa: José Callejón y Álvaro Morata.
La madera evitó el segundo de Pedro en el cierre del telón, con España
confirmando su reacción al traspié de Eslovaquia y caminando firme, y
con nuevas caras, hacia la Eurocopa 2016.
Fuente:FIFA.com
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